3/6/05

La voz dormida

"... y había aprendido a no hacese preguntas, a aceptar que la derrota se cuela en lo hondo, en lo más hondo, sin pedir permiso y sin dar explicaciones..."
(Dulce Chacón)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya he visto tu regreso.
Espero que te sientas ya más tranquilo... estos culebrones no me gustan.
Saludos.

Kostas K. dijo...

Esas, como tú bien sabes, ni me interesan.
También sabes que, en nada de lo que he publicado, miento, en nada. Me extraña que no sepas leer.
Lo tenías todo planeado desde el sábado de Heike: fría y calculadora, como siempre y yo, ingenuo de mí, me fiaba hasta de tus huesitos: ¡qué tonto he sido durante todo este tiempo!.
No me extraña que no quieras ni ver mi mirada...: te reflejarías en ella y, como ahora estás estupenda, quizás se te abrirían hasta las carnes de tanta bajeza.
¿Puedes hacerme daño, dices?.
¡Más aún!
Te aseguro que ya no -y mucho menos dentro de poco-, soy un hombre roca, totalmente roca, como lo he dejado escrito.
¡No sé con qué morro podrás exigir a alguien lo que a mí me has exigido!: se te caerá, seguro, que se te caerá la cara de vergüenza.
Por cierto, tu padre, se curará de lo que tiene, me alegro mucho.

Kostas K. dijo...

Eres tú la que me estuviste amenazando, casi desde el principio y por creerte, por confiar en tí, me asesinaste hasta las entrañas.
Sabes que no tienes que tener miedo de nada, ya conoces de sobra mi vida.
Sigues sin entender nada, parece que no quisiera entenderte...
Los miedos, siempre fueron los tuyos, nunca los míos, ¿verdad?.
No digas diciendo estas cosas, que te duelen y te duele.
Por supuesto, esto no es ninguna lucha, yo no lucho contigo, lo sabes de sobra: eres tú la que luchas contra tí,encanto.
Dame tiempo, voy a dejar pronto, estos lares.
No problem, ya seguirás tu camino, como siempre lo has hecho pero, espero que, no odies tanto a los hombres y les tengas, por lo menos, la misma consideración que, por lo menos, algunos han tenido contigo.
No te preocupes, aunque quisieras, ya no podría casarme contigo.