28/9/07

Luna nueva

Dije una verdad con voz entrecortada
y nadie me hizo caso

mentí elegantemente
y me quisieron hacer presentador del telediario

(Ferrán Fernández)

24/9/07

Estrategias para el amor

A Samuel Alonso Omeñaca

A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras… ellas

(Raúl López Vacas)

18/9/07

Verano 2007

Los pilares de la tierra (Kent Follet)

Los amores imprudentes (Gustavo Martín Gazo)

La biblia de barro (Julia Navarro)

Canciones de amor en Lolita’s club (Juan Marsé)

El laberinto de las aceitunas (Eduardo Mendoza)

Demasiado calor durante los 15 primeros días, así que me dediqué a leer (no tenía ni pizca de ganas de escribir). Estos fueron los libros –y alguno más que tuve que dejar por ser muy científico- que cayeron en mis manos: comencé con el de Follet, que tanto me habían aconsejado últimamente y fui intercalándolos tal y como aparecían por encima de los muebles de la casa en la que estuve.

Puedo contaros también que nos pusimos un suelo de tarima –casi flotante- cuya dificultad estribaba en saber encajarlos –como un puzzle pero “algo” más complicado; que piscina –para las crías de mi amigo- y playita solos y en compañía de las pequeñas; así como alguna que otra noche de juerga en el ZETA de la Manga. Y no me olvido, porque lo prometí decirlo, que me atrajo muchísimo la playa de la ZOHÍA, cerca de Mazarrón –a ver si os pongo alguna guapa fotico-, así como el festival de Variedades artísticas –mimo, música, teatro…- que nos vimos la primera semana de mi llegada a Cartagena.


Alguna que otra cosilla se me olvida –Sole, Juanlu, Valentina, Carmen, Ramón, María José, Cecilia…-, pero eso será en otro momento, hoy no vienen al caso.

B e s o s

10/9/07

Fuego en la Hélade

Este verano, la tristeza, la rabia y finalmente la desolación, hizo mella en mí al igual -creo- que en la mayoría de los hombres y mujeres griegos que veían cómo su tierra -mi ancestral tierra tal y como la siento- era arrasada por el pasto de las llamas. Parecía como si con esas nubes blancas que se veían desde los satélites que recogían desde el cielo lo que allí pasaba, se iba también parte de mi alma.

Era también indignación y mucha ira hacia aquéllos y aquéllas que no sólo estaban matando parte de sí mismos; y hacia quienes, desde las altas esferas, apenas movían un dedo para que parase tantan catástrofe.

Sé que también en esta piel de toro -en épocas pobladas de árboles y hoy día transformada casi en un erial...-, también se han producidos incendios por los que alarmarse e indignarse -como el del Guadalajara o los de las Canarias de este verano- pero, casi 3000.000 hectáreas quemadas y casi 100 personas muertas en esta tierra que siempre me deja inquieto, es para gritar de dolor y clamar justicia sabiendo que es muy difícil que la haya.
Intenté escribir algunos versos al respecto pero, me obnubilaron las lágrimas y aún sigo con los ojos vidriosos...




Ayuda Socorro a Grecia (no creo en estas cosas pues considero que, gran parte del dinero, se queda por el camino pero..., por si acaso).