16/5/05

Y ahora

Otra cosa no habrá sido:
te cuidó todo lo que pudo;
te amó hasta el infinito;
sus mentiras, si las tuvo,
siquiera fueran de las que hacen ruido.

Sus corazas apenas aparecieron;
no así como las de ella que,
poco a poco,
todos creían que se iban abriendo.

Sus miedos,
nunca los de ella fueron;
sin embargo, los de ella,
les inundaban casi a cada momento.

La sinceridad de él
siempre fue su cargamento;
sin embargo, la de ella,
a veces le dejaban muerto.

Y ahora,
que por fin clareaban sus ojos,
Ella,
le rajó todo por dentro.

(a Ankarita, Avda. Oporto 69)

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