5/7/05

Tú, mujer inmunda

No sabía la inmundicia que podía albergar el corazón de una mujer -las entrañas no, porque nació sin ellas, claro-.
Qué hija de tu madre que eres, Sory, desde luego, tu puñalada me atravesó algo más que el corazón pero, lo que es seguro que se rompió no sólo tu mente, sino que tu cuerpo, sucumbió al dolor que produciste también en mis carnes.
No hay palabras para nombrarte, para decirte lo que eres y lo que siempre serás: navegarás siempre a la deriva, pero hundiéndote una y otra vez, una y otra vez como titanic que se partió en dos chocando con los fríos hielos; estarás perdida toda tu vida; no tendrás felicidad ninguna: los gusanos te irán roiendo poco a poco hasta devorarte tú misma, como pretendiste hacerlo conmigo, creyendo que tus no palabras, tus no miradas, tus ausencias, podrían romperme otra vez el espinazo: tus mierdas, tus malditos cumpleaños, tus entradas a teatros de los que me dejaste más de una vez colgado, por tu cabrón orgullo y por tu grandilocuente soberbia: te arrastrarán a lo más bajo de tus cielos, de tus abuelos, de tus abuelas, de tus madres zorreras...
No caminarás sin que se hundan tus pies en tus propios e inmundos barros, de donde tú nunca fuiste capaz de pisar -tu facha dinero siempre te lo impedirá, dinero fascista, dinero que salió de los miles y miles de muertos que tu familia canaria se llevó consigo-.
Tu vida se irá destrozando poco a poco, sin que te enteres, pues tendrás que ir mirando siempre de reojo, para detrás, para delante, nunca para el frente pues los miedos formarán parte de tí como si fueran con lo único que sabes vivir. Serás una muerta en vida: irás sajándote poco a poco, tus heridas supurarán infectadas por tí misma, por tus desdichas, por tus propias manos, por tu propia mente, por tus propios ojos, por tu propio sexo, que no dejarán de matarte una y otra vez, una y otra vez, y el olvido, no vendrá a tí, tu memoria se inundará de podedumbre, de peste, de peste que te corroerá todos tus skatalíticos huesos.
A partir de hoy, no tendrás vida, ¿mujer?, no tendrás vida: tú misma te lo has proporcionado; tú misma lo has asegurado; tú misma lo estabas buscando: y lo has conseguido: te perseguirás eternamente y no tendrás ni un minuto de descanso, eso ya lo sabes: volverás a no dormir por las noches, y no por tener solitarios los catres.

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