Dejando a mis salvajes caballos desbocarse (Iª.parte)

Placenteros ejercicios de escritura

.

¿Tú quieres saber lo que es

ODIAR?.
¡¡LEE!!,
y así, siempre tendrás en lo que refugiarte
(como haces ahora, bajo las faldas de
tu GRAN... madre).
.
Como ya todo te da lo mismo
(y a mí también);
como nunca te atreverás
a mirarme a los ojos,
a tus ojos;
como jamás
te arrodillarás para,

otra vez,
mamármela;
como de ningún modo
tus ninfas se abrirán, de nuevo,
para copularte;
como tus manos en absoluto
acariciarán mi culo;
como mis yogures no volverás
depravadamente a tomártelos;
y como ya nada te importa,
entonces,
para qué irnos con remilgos:
te desprecio,
te detesto,
te abomino,
te repruebo

te aborrezco,
te maldigo...
.
Creías odiar a un hombre;
por quererte tal como eras
(eso yo creía);
por querer saber de tí,
por sólo amarte apasionadamente...
pija chiquilla;
hortera como las halla,
que prefiere que le inviten
al salón donostiarra
antes que acariciar
las manos de quien sigues
.

¡TOTALMENTE

enamorada!.
.
Pues, ahora,
ya tienes más que motivos
suficiente,
ya no te arrepentirás de ello,
como siempre,
sin problemas.
.
Cierta verdad,
"el dinero lo puede todo",
¡el dinero!,
¡mal jodido dinero!:
¡todo tuyo!,
¡todo tuyo!,
¡todo tuyo!

(ten cuidado no te atragantes,

como antes...):
hay trabajadoras "sociales"
que se lo hacen mejor que tú,
por lo menos,
no engañan:
las conoces cara a cara y
aceptas o no aceptas,
pero van de frente,
no te rajan nunca por la espalda;
ni convierten tus palabras
en ira totalmente desbocada.
.
¿Has madurado,

dices?:
perdida,
infinitamente perdida
te hallas:
¡maldita mujer,
malhaje!:
a tu puto cielo
irás
consolándote igualmente
de rabia,
como to@s los que allí
deambulando también
se hallan.

Tus MIEDOS,

te siguen MAL JODIENDO...
.
Eres,
verdaderamente
una Ph,
ERES UNA Ph;
lo eres,
y esto,
es lo que has sido
conmigo,
una auténtica
P.H
(venga, hala,
ya puedes ir,
corriendo,
a contárselo
a tu GRAN... MAMÁ,
y también a tus amigos,
pa que te protejan,

ya que siempre necesitarás

que alguien lo haga por tí,

como niñata desvalida

-lo que hasta aún

hoy en día,

has sido-
de mi falta de corazón;
de mi falta de "tacto";
y así te consuelen
diciéndote lo GRAN
CANALLA que soy,
como siempre...):

¡y qué me importa,

jajaja!.
.
Por cierto,
aún no me he quedado a gusto:
a mis salvajes caballos,
volveré a dejarlos,
también más adelante,
desbocarse...

(quizás, ahora,

sí tendrás que tener cuidado

con mi lengua,

no de mis ígneos ojos)
.
Soy un hombre roca,
(hace poco te lo dije)
de fuego,
hierro,
de hielo...
pero, esta vez,
no de espuma.