Tu príncipe azul
Soy
tu príncipe azul,
y te jodo;
No soy
tu príncipe azul,
pero también te jodo...
¿Entonces
cuál es la diferencia?
No las hay pues,
a ambos,
deberían cortárseles
la cabeza y, aún así,
seguiría no habiéndolas.
Decidme pues,
¿un príncipe, para ké?.
¿no son sois capaces
de ser vosotras mismas?
¿tan solas os sentís que
dispuestas estáis a perder
vuestra propia vida?.
¡un príncipe!
¡un príncipe!
¡un príncipe!
¡¡no, no me habléis de otra cosa!!
¡quiero uno con el que
comer perdices y ser felices
para siempre...!:
da igual que me violente,
da igual que me joda,
da igual que no me respete...
el caso es que será
¡un príncipe!
¡un príncipe!
¡un príncipe!
Aunque
ya sabéis cómo verdaderamente
suelen acabar estas historias:
una esquela más que se sumará
a la larga lista
del eufemismo llamado
“violencia doméstica”.
(X-01)
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