18/10/04

de Los Fuegos Pronunciados

I
¿Qué habría sido de nosotros
sin los sueños,
sin los fuegos pronunciados,
transmitidos,
alargados
de lengua en lengua?

III
Estás (estoy) aquí,
al borde mismo de la alegría.
Sintiendo
cómo las ventanas se abren,
se inundan los rincones.

Estoy ahora aquí. Estás con la vida.
Con las manos bebiendo de las lluvias
como libertades
presentidas.

Así te siento. Me sientes en el latido,
como fantasma,
como amor prohibido,
como arco y luz de las esquinas.

Haciendo que a revolución me suene el alma.
(Julio Vélez, La palabra labra la palabra)

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