Llámame
Que tu garganta caiga vertiginosamente sobre mí,
que me inunde de sonidos.
Que mi voz, se acalle con tu voz;
que el espacio nos dé sus otras dimensiones.
Llámame
y haremos infinito...
en donde las abejas agujerearán tu piel
y las serpientes emanarán sus viscosos líquidos;
en donde el veneno de mi alma
pactará con el diablo y convertirán
tus besos en dardos lujuriosos.
Ven a mí,
y los deseos que ocultan nuestras almas
se derramarán sobre nosotros
como flechas puntiagudas
impacientes por matar
a un hombre blanco.
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