En la boca del lobo
"...pero qué orejas más grandes tienes".
Son, para oírte mejor.
"...pero qué brazos más grandes tienes.
Son, para abrazarte mejor.
"...pero qué ojos más grandes tienes".
Son, para verte mejor.
"...pero qué boca más grande tienes".
Es, para comerte mejor.
A partir de ahí, me quedé mudo
cuando en un susurro te escuché:
cómeme, cómeme todo cuanto quieras,
que después yo, continuaré contigo.
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