13/12/04

Ernesto Sábato (La resistencia)

Entramos en la plaza de Salta y nos mezclamos con la gente que ha caminado leguas con sus misa chicos. Se los ve cansados, en su pobreza, en sus caras arrugadas, pero confiados siguen cantando con sus instrumentos de montaña. A su lado se renueva el candor. Milagro son ellos, milagro es que los hombres no renuncien a sus valores cuando el sueldo no les alcanza para dar de comer a su familia, milagro es que el amor permanezca y que todavía corran los ríos cuando hemos talado los árboles de la tierra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡!