25/1/05

La lucha es dejar de pensar en prosa

Lo prometido es deuda. Por fin puede acabarlo después de un tiempo que lo dejé "colgado". Espero que os guste. Son "sus" palabras en prosa convertidas en versos para que no dejemos de luchar, de amar, de compartir... y que se pueden encontrar en documentos que de ellos mismos han publicado, EL COLECTIVO El CIRCO de la LA PALABRA ITINERANTE.
Espero que os guste, a ver.

LA LUCHA ES DEJAR DE PENSAR EN PROSA

En la puerta de un bar,
en incierta hora nocturna
entrevistaron al itinerante circo de la palabra.

Nuestra materia prima, el común lenguaje,
el que compartimos, el gratuito, el que confunde,
el que transforma, el que construye, el que desvela,
el que desmiente la pertinaz realidad.
Itinerante, itinerante, itinerante es la palabra,
escurridiza, esquiva, sin condición, sin definición,
huidiza, sobre todo, huidiza, difícil de atrapar,
nómada de vocación, como arena movediza
del circo de verdades eternas y provisionales,
multidisciplinar, difícilmente apresable,
difícilmente escenificable la palabra itinerante.

Somos los que no somos,

los que somos
y los que no sabemos que somos,
muchos, pocos,

sin números, de letras sólo
honoríficos, honorarios,

todos, todos, todos.

Por debajo de la mentira,
la verdad, la amistad,

la vocación de vivir la verdadera vida:
Un tren de señoras
Un tren de señores
Un tren de perros
Un tren de gatos
y aparece un guiño, apenas un leve movimiento
y yo quiero, y tu quieres, y él quiere, y nosotros queremos y entonces
acabamos juntándonos y practicando
el mismo trabajo, y nos lo pasamos muy bien y vivimos
porque hay mucha gente que busca la verdadera vida
y otros muchos que no la conocemos siquiera.
No estás solo
somos más de lo que parece,
Colectiviza.

Trasmitimos nada.
Uno escribe para contar cosas que siente en lo profundo,
que siente en lo hondo,
por encima de uno mismo y contra uno mismo
y salen
y pasan
y suceden
y llegan cuando llegan a donde llegan,
aunque no siempre.
Transmisión poética y transmisión emocional humana

y cotidiana.
Emoción y poesía,
lo mismo, lo mismo, lo mismo:
sólo cuando es verdadera
es el ideal de la poesía.

Me llegó, me llegó el poema
por su tema,
por sus gestos,
por su ritmo,
el poema justo con el tema justo con la música justa...
no, no es eso, es otra cosa
el poema es el poema,
uno no se siente más satisfecho si se le pone música

es un complemento,
son diferentes niveles de trabajo,
todo lo complementa, lo ayuda.
Un poema lo es
si se parece a la vida:
de ella llénalo
y dile luego adiós,
ya no es tuyo.

Trabajar con las palabras es saber de las palabras
es cuidarlas, mimarlas...,
saber de sus sentidos,
de su peligro, de su vacío,
intentar intensificar el sentido y ahuecar su vacío
cuando es vacío
pero jugando, siempre jugando
sin perder su sentido placentero y lúdico,
un juego que cuesta pero que es un juego,
con todo lo maravilloso del apellido juego
que para esto vino el hombre al mundo.

Pensamos en prosa cuando el miedo nos vence,
cuando las dudas nos atacan,
cuando el miedo nos ata las manos.
La lucha es dejar de pensar en prosa,
falta poesía sobra realidad,
sobra realidad falta poesía.
Con las sobras de la realidad
se hace un buen puchero de poesía

No me inspiro,
leo, leo, leo
a uno le acaece, no la busca.

Incontables poemas hemos compuesto:
uno,
uno,
uno
uno grande,
un rompecabezas de una sola pieza
sin terminar, haciéndose, va por la mitad.

Tu proyecto
o es comunitario
o colectivo
o es soliloquio de alfarero.

Tu misión:
revelar lo velado,
denunciar la herida:
estallar revoluciones
también contra ti mismo.

<<(M) Marina (DE) David Eloy
(JM) Jose María (MA) Miguel Angel
(MO) Manuel Ortega Pérez>>

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