Hubo un niño blanco que se perdió en la selva y se crió en una tribu con cultura distinta. Cuando creció se casó con una nativa de aquella cultura. Ocurrió que a una amiga de sumujer se le murió su marido en la guerra, y aquella noche, al pensar en su amiga sola, la mujer nativa le dijo al marido blanco:
- Oye, me gustaría que fueses a consolar a mi amiga, que está sola, y como ya no tiene marido te acostases con ella.
El marido, que recordaba aún rasgos de su cultura, se negaba, horrorizado, pero al final complació a su mujer. Cuando volvió, la mujer le dijo:
- Ya sabía que eras un buen hombre y ahora te quiero más, porque eres compasivo y me siento orgullosa de tí.
(Anthony de Mello)